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sábado, 22 de agosto de 2009

DAÑO CEREBRAL Y ACCIDENTES LABORALES: LA PREVENCIÓN Y LA REINSERCIÓN

DAÑO CEREBRAL Y ACCIDENTES LABORALES: LA PREVENCIÓN Y LA REINSERCIÓN

El daño cerebral sobrevenido se define como una lesión súbita en el cerebro que produce diversas secuelas de carácter físico, psíquico y sensorial, desarrollando anomalías en la percepción sensorial, alteraciones cognitivas, en la memoria o en el propio plano emocional.

Entre las causas más comunes de este daño cerebral figuran los traumatismos craneoencefálicos (TCE) y los accidentes cerebrovasculares (ACV), además de los tumores cerebrales y otras distintas.

Los accidentes cerebrovasculares se caracterizan por la muerte súbita de células cerebrales como consecuencia de la disminución o la interrupción de riego sanguíneo en el cerebro. Aunque suele considerarse una enfermedad asociada a la edad, conviene resaltar el hecho de que un tercio de los ictus o accidentes cerebrovasculares afectan a menores de 65 años. Los ACV originan alteraciones físicas como hemiplejías, anomalías de lenguaje, falta de memoria o problemas en la percepción. Estas alteraciones producen, a su vez, importantes cambios en la conducta social de los afectados, trastornos emocionales, ansiedad, sintomatología depresiva, incremento en la dependencia o aislamiento social.


Los accidentes cerebrovasculares se caracterizan por la muerte súbita de células cerebrales como consecuencia de la disminución o la interrupción de riego sanguíneo en el cerebro.

Los traumatismos craneoencefálicos son lesiones producidas por una fuerza externa que suelen producir una pérdida de conciencia. La gravedad, el tipo y la variedad de secuelas dependen de la intensidad del traumatismo, la duración de la pérdida de conciencia y otros factores como la edad, la rapidez en la atención y la rehabilitación. Las alteraciones más frecuentes afectan a la regulación y control de la conducta, a las dificultades de abstracción y resolución de problemas, a los trastornos de aprendizaje y memoria, así como al ámbito de la personalidad y ajuste emocional. Las alteraciones físicas comprenden alteraciones motoras (movilidad o lenguaje) y/o sensoriales (visión, audición, tacto o gusto).

Según datos de referencia de 2.002 (Conjunto Mínimo de Datos Básicos al Alta Hospitalaria /Instituto Información Sanitaria/Ministerio de Sanidad y Consumo), en España se produjeron al menos 35.000 ingresos hospitalarios por traumatismos craneoencefálicos –TCE- (accidentes de tráfico, laborales, deportivos, caídas domésticas, agresiones, etc.) produciendo alteraciones funcionales múltiples a unas 4.300 personas.


Las características que definen el perfil del accidentado español son "varones jóvenes, con poca experiencia en el trabajo, en tareas de baja calificación, con empleos de tipo temporal".

Muchos de estos accidentes que causan daño cerebral están relacionados con el trabajo, ya sea porque se producen en el centro de trabajo, porque son accidentes de tráfico 'in itinere' o porque están relacionados con factores psicosociales.

Según las principales conclusiones del 'Informe Durán' sobre 'Riesgos Laborales y su prevención' de 2001, las características que definen el perfil del accidentado español son "varones jóvenes, con poca experiencia en el trabajo, en tareas de baja calificación, con empleos de tipo temporal…". Ello apunta a un tipo de trabajo precario, en los que el daño cerebral es causado, sobre todo, por accidentes graves como, por ejemplo, caídas a distinta altura, enfermedades cardiovasculares y accidentes de tráfico. Evidentemente, por el perfil antes señalado, este tipo de accidentes se concentra en los grupos más vulnerables del mercado de trabajo: jóvenes poco cualificados e inmigrantes, con empleos temporales y en los sectores productivos más precarizados.


Según datos de la Dirección General de Tráfico, en un tercio de los accidentes de tráfico se halla implicado un vehículo de transporte de mercancías

Además, según datos de la Dirección General de Tráfico, en un tercio de los accidentes de tráfico se halla implicado un vehículo de transporte de mercancías, y, según la 'Encuesta de Discapacidades, Deficiencias y Estado de Salud' del Instituto Nacional de Estadística de 1999, más de la mitad de los accidentados en las carreteras ese año se dirigían "hacia su actividad principal"

También existe otro tipo de accidentes de tráfico vinculados a actividades laborales, pero que al no ocurrir en los centros complican la determinación de los mismos como accidente laboral. Son los llamados 'in itinere' (desplazamiento hacia, o desde, el lugar del trabajo) o los accidentes 'in misione' (de los profesionales del volante). El reconocimiento del 100% estos accidentes como accidente laboral daría lugar a la cobertura de las mutuas sobre los daños derivados del accidente, resultando el período de rehabilitación esencial para la calidad de vida posterior de las personas afectadas. Esto da lugar a una discriminación entre las personas afectadas que han sido indemnizadas y las que no, al no considerarse su accidente como laboral.

En cuanto a los infartos cerebrovasculares, a pesar de estudios como el 'Occupational health in the 90´s. A framework for change', de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que demuestran una relación directa entre el trabajo y el incremento de las enfermedades cardiovasculares, muy pocas veces se considera enfermedad profesional. Según un estudio de la Universidad de Cambridge, las personas con mayor estrés corren un riesgo un 40% mayor de accidente cerebrovascular que el resto de población.

Por otro lado, existe un grave problema de identificación de accidentes de trabajo inducidos por las condiciones de un puesto de trabajo cuyas condiciones son consecuencia de algunas políticas empresariales que venden el producto final. La falta de transparencia (economía sumergida, falsos autónomos y, por supuesto, los inmigrantes sin papeles) al ocultar las relaciones de dependencia laboral, ocultan también el propio accidente de trabajo.

La prevención

La doble condición del accidente de trabajo como un fenómeno imprevisible pero cuya aparición es, al mismo tiempo, responsabilidad de las empresas, se ha resuelto mediante la implantación del 'seguro'. Así, las políticas de "previsión del accidente" son, más bien, políticas de "previsión de las consecuencias del accidente".

La disminución de los accidentes será efectiva cuando la accidentalidad esté integrada en un tipo de modelo de desarrollo en el que el cuidado de la salud sea realmente un recurso productivo y no un mero coste impositivo resultado de las consecuencias más o menos graves del crecimiento económico.

En España, la desregularización del mercado de trabajo en los años 84 y 94 ha coadyuvado al desarrollo de estrategias empresariales y sectores productivos que centran sus beneficios, bien en el abaratamiento progresivo de los costes laborales o bien en la degradación de las condiciones de trabajo.

Incluir la organización del trabajo como factor de riesgo laboral resulta fundamental para alcanzar resultados desde la prevención, más si cabe en lo concerniente a los grupos de riesgo identificados con daño cerebral sobrevenido.


Según un estudio de la Universidad de Cambridge, las personas con mayor estrés corren un riesgo un 40% mayor de accidente cerebrovascular que el resto de población

Reinserción profesional

La inserción laboral se trata de todo un proceso cuyo objetivo final es que la persona se desarrolle como tal y se sienta realizada. El trabajo es una herramienta de integración que va a permitir a la persona incorporarse a la sociedad en la que vive.

En esta materia, las dificultades de las personas afectadas por Daño Cerebral Adquirido viene determinada por la pluralidad de secuelas que aparecen tras la lesión; este hecho dificulta la inclusión del DCA en un de las categorías existentes dentro de la discapacidad y lleva a encontrar una gran falta de recursos y protocolos para la integración de las personas DCA en el mundo laboral.

La inserción sociolaboral ha de comenzar con una valoración y estudio de las distintas variables: curriculares, personales, sociales, capacidad de interacción, capacidad de producción y comportamiento.

Para completar este proceso, los pasos a seguir deben de incluir elementos como la recopilación de toda la información posible sobre la actividad y un análisis de las tareas a realizar por el afectado junto a la evaluación de las mismas. Esto servirá para establecer un período de entrenamiento y simulaciones laborales, para, finalmente, realizar un apoyo y seguimiento durante el tiempo que sea necesario.

La asistencia a centros ocupacionales, servicios que utilizan el trabajo como medio para fomentar el desarrollo personal y social, es de gran utilidad. Puede servir de puente hacia otras formas de empleo o suponer el camino final en cuanto al desempeño de una actividad social.


El daño cerebral reclama unas medidas urgentes en cuanto al desarrollo e implantación de medidas preventivas que frenen la escalada de esta epidemia.

Conclusiones


La inserción laboral se trata de todo un proceso cuyo objetivo final es que la persona se desarrolle como tal y se sienta realizada.

El daño cerebral reclama unas medidas urgentes, en cuanto al desarrollo e implantación de medidas preventivas que frenen la escalada de esta epidemia conocida como "epidemia silenciosa", también en lo referente a la creación de ayudas e infraestructuras, para afrontar con garantías las consecuencias del mismo para las personas afectadas y sus familias y, finalmente, promover iniciativas de reinserción en el mundo socio laboral.

Sin embargo, este no es el único frente en el que se debe trabajar desde el ámbito de la prevención: es necesario acabar con la falta de conocimientos y experiencia que subyacen en el origen de muchos accidentes laborales, fomentando la formación y concienciación de los trabajadores, así como el apoyo y la participación comprometida del ámbito empresarial.

La Federación Española de Daño Cerebral lleva más diez años trabajando para revertir esta situación, reivindicando la adecuada atención sociosanitaria, potenciando las medidas y recursos para la reintegración social de los afectados y trabajando en la prevención y la sensibilización, tanto en el campo laboral como en el resto de campos sociales. Minimizar los efectos del daño cerebral y facilitar la recuperación y la reinserción de los afectados es una tarea de todos hacia la mejora del bienestar social.

Bibliografía


 Defensor del Pueblo: 'Daño cerebral sobrevenido en España: un acercamiento epidemológico y sociosanitario'. Madrid: Publicaciones. Informes y Documentos, 2006
 FEDACE: 'Guía de familias' Madrid: FEDACE, 2006
 Instituto de Mayores y Servicios Sociales: 'Modelo de atención a las personas con daño cerebral'. Madrid. IMSERSO, 2007.

Amalia Diéguez, presidenta de Federación Española de Daño Cerebral (FEDACE)

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