LA IMPORTANCIA DE CONOCER Y SELECCIONAR UN BUEN CALZADO PROFESIONAL

LA IMPORTANCIA DE CONOCER Y SELECCIONAR UN BUEN CALZADO PROFESIONAL

En determinadas actividades laborales, para que una persona pueda realizar su trabajo en condiciones de seguridad mínimas debe estar equipado con lo que técnicamente se denomina Equipo de Protección Individual (E.P.I.). Según la definición técnica, éste sería cualquier equipo que estuviese destinado a ser llevado o sujetado por el trabajador para que le proteja de uno o varios riesgos que puedan amenazar su seguridad o su salud en el trabajo, así como cualquier complemento o accesorio destinado a tal fin (Directiva 89/686/CEE).

De acuerdo con esta definición, el calzado de uso profesional se considera un Equipo de Protección Individual (EPI) ya que está destinado a ofrecer protección contra los riesgos derivados de la realización de una actividad laboral. Durante el desarrollo de su actividad los pies de trabajador y, a través de ellos, todo el cuerpo, están expuestos a riesgos de diversa índole como lesiones producidas por agentes externos o molestias asociadas al uso de un calzado inicialmente inadecuado o que ha perdido parte de propiedades con el uso.

Según una Directiva Europea de obligado cumplimiento (89/686/CEE), el calzado de uso profesional, al igual que cualquier equipo de protección individual debidamente certificado, debe ir marcado con las siglas CE junto con una información básica como la talla, marca del fabricante, protección ofrecida, etc. Además, debe ir acompañado de un folleto informativo en el que se recoja de manera clara información acerca del fabricante, normas aplicadas, instrucciones de uso y mantenimiento, limitaciones de uso, organismo que certifica el EPI, etc.
El Instituto Tecnológico del Calzado (INESCOP) es desde 1993 organismo de control acreditado por el entonces Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, para los procedimientos de certificación previstos en la Directiva Europea, relativa a los equipos de protección individual de los pies contra golpes mecánicos y agresiones físicas. Desde ese momento se han sometido a examen y han sido certificados cerca de 1.300 modelos de calzado con diferentes niveles de protección.

El calzado de uso profesional se clasifica de forma general en dos clases: calzado fabricado con cuero y otros materiales (textiles, poliméricos) y calzado todo de caucho (vulcanizado) o todo polimérico (moldeado). Dentro de cada una de estas clases podemos encontrar distintos tipos de calzado de uso profesional en función del nivel de protección que ofrecen al usuario.

El calzado de seguridad debe incorporar tope o puntera de seguridad, de acuerdo a los requisitos básicos que establece la norma EN ISO 20345:2004 que garantiza una protección suficiente frente al impacto, con una energía equivalente de 200J en el momento del choque, y frente a la compresión estática bajo una carga de 15kN.

Puede incorporar, además, una o más características de protección adicionales, entre las que se encuentran, por ejemplo, la resistencia a la perforación, la resistencia al agua o las propiedades eléctricas en cuanto al calzado completo; la penetración y absorción de agua en el empeine, y la resistencia al calor por contacto y la resistencia a los hidrocarburos en la suela del zapato.

El calzado de seguridad será necesario para proteger a los trabajadores en todas aquellas actividades que conlleven un riesgo severo de impacto o comprensión en la parte delantera del pie, pudiendo ser necesarias características adicionales en función de los riesgos asociados a la actividad a desarrollar. Su uso será obligatorio en determinadas tareas de sectores como la construcción, la metalurgia, las canteras, minería, carga y descarga de mercancías, bomberos, etc.

El calzado de protección tiene que estar fabricado con topes de protección y cumplir los requisitos básicos que recoge la norma EN ISO 20346:2004. Los topes de protección deben cumplir los requisitos de resistencia al impacto con un nivel de energía de 100J y los de resistencia a la compresión con una carga de compresión de 10kN. Pueden incorporar una o más características de protección adicionales que son las mismas que puede presentar el calzado de seguridad.

Resistencia al impacto de puntera de protección

Este tipo de calzado será necesario para proteger a los trabajadores en todas aquellas actividades que conlleven un riesgo leve de impacto o compresión en la parte delantera del pie, pudiendo ser necesarias características adicionales en función de los riesgos asociados a la actividad a desarrollar. Su uso será obligatorio en determinadas tareas de sectores como carga y descarga de mercancías, transporte, servicios, etc.

El calzado de trabajo debe cumplir los requisitos básicos establecidos en la norma EN ISO 20347:2004. Puede incorporar uno o más requisitos de protección adicionales y no incorpora topes de protección contra impactos en la puntera. Las características de protección adicionales son las mismas que puede presentar el calzado de seguridad. Este tipo de calzado será necesario para proteger a los trabajadores en todas aquellas actividades que no conlleven en principio riesgo de impacto o compresión en la parte delantera del pie, pudiendo ser necesarias características adicionales en función de los riesgos asociados a la actividad a desarrollar. Su uso estará recomendado en determinados sectores como sanidad, hostelería, laboratorios, industria alimentaria, uniformidad (compañías aéreas, grandes compañías...), etc.

Resistencia a la perforación de planta de protección

Marcado

Desde el punto de vista del trabajador resulta de vital importancia conocer el significado del marcado que aparece en el calzado y que le asegura la protección ante los riesgos a los que está expuesto.

El trabajador que está en la obra, corre el riesgo de caída de materiales o aplastamiento; de ahí que deba de usar calzado de seguridad al menos con las características básicas (SB). Si además existe riesgo de lesiones por punción debe incorporar plantas resistentes a la perforación, marcado como P, S3 o S5. Si el trabajo se desarrolla en entornos húmedos, el calzado debe presentar resistencia al agua (WR o WRU).

Resistencia de la suela al calor por contacto

En las estaciones de servicio el calzado de seguridad recomendado deberá presentar el marcado básico SB, junto con propiedades antiestáticas y de 89/686/CEE resistencia al resbalamiento.

En las actividades que precisen el manejo de sierras de cadena debería utilizarse un tipo de calzado que presente como característica específica la protección frente a cortes (norma UNE-EN ISO 17249:2005 que está indicada en el calzado junto con el correspondiente pictograma). Además, deberá ofrecer protección frente al resbalamiento y, si el calzado se usa en entornos húmedos, debe presentar resistencia al agua (WR o WRU).
Existe una norma específica de calzado para bomberos (norma EN 15090:2006). En ella se recogen todas las propiedades que debe ofrecer este tipo de calzado que son, entre otras, topes y plantas de protección, resistencia al resbalamiento, al calor, a la llama y al agua. Esta norma, junto con el pictograma correspondiente, debe ir marcado en el calzado.

A la hora de elegir un equipo de protección para los pies, será fundamental tener un conocimiento amplio del puesto de trabajo y de su entorno. Es por ello que la elección deberá basarse en el estudio y la evaluación de los riesgos presentes en el lugar de trabajo. Esto comprende la duración de la exposición a los riesgos, su frecuencia y gravedad, las condiciones existentes en el trabajo y el tipo de lesión provocada. Por ello, la elección debe ser realizada por personal capacitado y, en el proceso de elección, será de capital importancia la participación y colaboración del trabajador.
Además de que el calzado tiene que cumplir con su función protectora, debe proporcionar el confort y la ergonomía suficiente durante el periodo de actividad laboral, debiendo considerarse algunas características fundamentales en su elección:

➠ Calce adecuado, ya que este es el factor clave en el confort. Un calce inadecuado puede provocar problemas de uso e incluso lesiones.
➠ Materiales transpirables (salvo en calzado específico para agua, todo de plástico o caucho) ya que la acumulación de calor dentro del zapato, además de provocar sensación de calor, puede dar lugar a malos olores e incluso peligro de infecciones por hongos.
➠ Flexibilidad y ligereza, porque un calzado pesado y excesivamente rígido puede afectar a la función del pie y provocar cansancio al caminar.
➠ Un buen sistema de cierre, que asegure la posición correcta del pie dentro del zapato durante el desarrollo de la actividad normal del usuario, sin inferir en la función del pie.

Resistencia de la unión corte piso

➠ Una plantilla adecuada, que favorezca una buena absorción de energía de impactos y una adecuada distribución de presiones plantares.
➠ Ausencia de puntos que ocasionen molestias o rozaduras como son costuras, arrugas y otras irregularidades interiores
➠ Alta resistencia al resbalamiento, que aporta sensación de seguridad al caminar, evitando lesiones y caídas

El calzado de uso profesional debe poder resistir numerosas acciones e influencias de modo que garantice durante toda su vida útil la función de protección requerida, una vida que guarda estrecha relación con las condiciones de empleo y la calidad de su mantenimiento. Por ello, este tipo de calzado debe incluir un folleto informativo con indicaciones precisas de cómo realizarlo. Es muy importante tener presente que se trata de un tipo de calzado que debe garantizar una protección determinada, por lo que cuando se advierta algún deterioro como grietas en la suela o alteraciones de la puntera, se deberá reparar o desechar.

Pascual Martínez Ibáñez. Licenciado en Químicas. Jefe de Calidad de INESCOP
Coautora: Mª José Gascón Tárraga. Licenciada en Químicas. Técnico de certificación de INESCOP

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